África en Rosa II: Saint Louis


La ciudad colonial de Saint Louis está situada en una diminuta isla (apenas dos kilómetros de largo y unos 400 m de ancho) en el Río Senegal, muy cerca de su desembocadura en el Atlántico y separado del mismo por la Langue de Barbarie, una “lengua “ de arena habitada por dos pequeños barrios. Su peculiar situación geográfica la ha llevado a ser conocida como la “Venecia africana”. Siete años antes de que yo naciese, otros ya se dieron cuenta de su belleza y desde entonces forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Los oriundos de este rincón de Senegal son igualmente bellos por dentro y por fuera: amables y hospitalarios con los visitantes; con rostros suaves y risueños. Uno de ellos me invitó a tomar té de la manera tradicional senegalesa, es decir en tres fases. El té más propio de Senegal es el té verde. El ritual incluye tomar un primer vaso tal cual, con mucho azúcar para endulzar nuestro cuerpecitos. Después añaden hierbabuena al segundo vaso. Y el último se toma también con hierbabuena.
Cuando hierve el agua, lo van cambiando de un vaso a otro hasta que sale espuma. Allí todos comparten y beben del mismo vaso. Saint Louis fue fundada en 1659 por marineros de Normandía y recibe el nombre en honor a su ancestro, el soberano reinante Luis XIV. Durante más de dos siglos la actividad económica de la ciudad fue el comercio de esclavos. En la actualidad su comunidad de pescadores (con más de 4000 tripulaciones) es una de las más notables del Africa Occidental.
Nos alojamos en el Hotel Residence. Su decoración recuerda los años cincuenta en Francia. Los trayectos de una ciudad a otra los hacíamos en el coche de la foto de arriba, que se ve muy mono pero era un poco trasto. Eran frecuentes las paradas para revisar su funcionamiento. Ahora, nuestro guía era encantador. No quiso que me marchara sin dejarle una instantánea de recuerdo.
Si os fiajáis bien, os daréis cuenta que mis titas me cambiaron de peinado, más acorde con el de los pekes de allí. Unas cuantas trenzas que eran muy cómodas, porque con el aire que hacía siempre iba despeinado. En unos dias, os cuento sobre el desierto de Loumpoul, próximo destino de nuestra aventura africana.

África en Rosa I: El lago Rosa


A veces alguna de mis titas tiene ideas peculiares y cogen la maleta y se van de vacaciones a Senegal, y me diréis, ¿qué tipo de personajes quieren visitar Senegal?. Pues las titas Marta y Miriam, y desde que estuvimos, a otros muchos se les han puesto los dientes largos y han pensado en ir también. Mis pequeños bracitos sufrieron unos cuantos pinchazos para prevenir cualquier tipo de infección (sobre todo teniendo en cuenta que en cuanto me descuido, mi oreja se resiente). Senegal es un país increíble, cuyos habitantes son maestros artesanos de, entre otros materiales, la madera. Ése fue el motivo de que me volviese popular en mi estancia allí.
El lago Retba fue nuestra primera parada. Ése es su verdadero nombre, pero hoy en día es conocido como Lago Rosa. La verdad es que es un buen lugar para finalizar el Paris- Dakar, aunque yo solo encontré algún auto similar al de la foto. Si os estáis preguntando de donde viene el nombre del lago… pues sí, se debe a que, entorno al medio día, las aguas se vuelven completamente rosas ( como la pantera, jeje). El lago tiene una alta concentración de azufre y sal (de hecho la concentración de sal es mayor que la del Mar Muerto) lo que provoca que, cuando inciden sobre él los rayos del sol, cambia de color. Por cada dos litros de agua se puede sacar un kilo de sal, así que también acertaréis si estáis pensando que quizá flotas en el agua.
Es todo un espectáculo para los viajeros como yo observar cómo extraen la sal del lago: los trabajadores cubren su piel con una manteca que se extrae de algunos árboles y así se protegen de la sal. Usan pequeñas barcas para sacarla y luego la descargan a las orillas del lago,para que se seque, formando pequeñas cordilleras de sal alrededor de las aguas. El comercio de la sal es la principal fuente de ingresos de muchas familias senegalesas. Os cuento más de aquellas tierras en breve...